Un segundo audio que implica a Soza
Editorial
Un segundo audio
que implica a Soza
- 03/04/2013
- En el editorial de ayer señalábamos que el fiscal renunciante del caso terrorismo, Marcelo Soza, no había trabajado para esclarecer la verdad sobre los sucesos que investigó: la organización en Bolivia de un supuesto grupo irregular y la posterior muerte de tres de sus miembros; por el contrario, afirmamos que trabajó coludido con el Gobierno para, mediante indiscriminadas acusaciones, afectar la credibilidad de la oposición cruceña y lograr su desorganización. Ese texto fue escrito antes de conocerse un nuevo audio con la voz del ex fiscal, que fugó durante 13 días tras conocerse el primero, y que renunció al caso que encabezaba “porque teme por la vida” de sus familiares.
Es bueno insistir en el hecho de que desde el punto de vista jurídico un audio no puede considerarse como una prueba. También, aunque todo indica que se trata de la voz del mencionado ex fiscal, todavía no se han realizado los peritajes oficiales sobre éste y un audio anterior (pero existen los que ha realizado la senadora Carmen Eva Gonzales, que los divulgó).
De todas maneras, a todas luces se trata de la voz del fiscal. Esto surge de las propias palabras del afectado, que no ha negado que las dos grabaciones contengan su voz sino que ha señalado que han sido “montadas”. Ello no es posible. Una grabación tan extensa y de tan alta calidad técnica no puede ser un montaje.
Este nuevo audio ratifica lo que se afirmó en el editorial de ayer. Y lo hace de una manera aumentada. Todas las sospechas y los temores de la utilización descarada de la justicia con móviles políticos se comprueban en la simplona y cínica forma de expresarse del fiscal. Éste admite que el ministro de Gobierno le daba órdenes, que se forzaron acusaciones contra sospechosos, que el caso terrorismo fue armado para afectar a la oposición, que se implantaron pruebas (como un revólver) en el hotel Las Américas, que se falsearon los hechos para que en la descripción de la muerte de Eduardo Rózsa se haga creer que hubo un enfrentamiento, que se adulteraron pruebas y que se coordinaron acciones con el Poder Ejecutivo. Y más grave, que Rózsa y otros dos ciudadanos fueron ejecutados durante el asalto al hotel Las Américas. “Pum, pum, los han limpiado” dice Soza con frialdad.
Soza es, por tanto, culpable de los delitos de incumplimiento de deberes, acusación y denuncia falsa, encubrimiento y simulación de delito, entre otros.
El mismo ex fiscal reconoció en el primer audio dado a conocer por la senadora opositora Carmen Eva Gonzales, que “se cae Evo” si se cae el caso terrorismo. Ello expresa un sentimiento importante: descubrir tan enorme manipulación de la justicia por parte del Gobierno, tan grosera intervención de un órgano del Estado sobre otro, le quita a las autoridades lo poco que les restaba de credibilidad, de idea de que esta gestión es diferente de las del pasado en cuanto a la ética de sus dirigentes, que se respeta a la justicia, que se vive una “nueva democracia”. Pamplinas. Lo que el país observa es la demostración del más amplio complot de las autoridades para descabezar a la oposición en los 30 años de democracia. Hemos tenido otros ejemplos en el país de manipulaciones y persecuciones, pero nada en el extremo que vivimos hoy.
Es tan grave lo que sucede, que el caso terrorismo, como señala el propio Soza, “se cae”. Si se han forzado acusaciones, si se han implantado pruebas, si se han adulterado indicios, el caso debe ser iniciado desde cero. Los detenidos deberían ser liberados para ser nuevamente juzgados sin detención preventiva. No hay duda de que Eduardo Rózsa sí organizó una banda terrorista en el país. Existen fotos y otras evidencias. En una entrevista a él realizada en Hungría y difundida después de su muerte, admite que viajará a Santa Cruz a ayudar a la “independencia” de Santa Cruz. Pero los verdaderos cómplices, quienes lo contactaron para que llegue al país y los móviles de la muerte de Rózsa y otros dos sospechosos no han sido aclarados.
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