El Gobierno gastó más de Bs 1.000 millones en 4 obras que no se justifican

El Gobierno gastó más de Bs 1.000 millones en 4 obras que no se justifican

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    • El Gobierno gastó más de Bs 1.000 millones en 4 obras que no se justifican | AFP
    • (3) El avión presidencial. | CARLOS LÓPEZ
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    Publicado el 13/05/2018 a las 0h00
    En los 12 años de gestión del presidente Evo Morales se han construido obras millonarias bajo diferentes argumentos, pero, en la actualidad, son observados porque no se justifican, no reportan los ingresos económicos suficientes, no cumplen con la función establecida o solamente fueron edificados para cumplir con la decisión del Mandatario. En estas obras, por lo menos, se invirtieron más de 1.000 millones de bolivianos.
    Tomando en cuenta que la administración actual prometió constituirse en una de las gestiones más austeras y no ostentosas; con el pasar de los años, se vio que el Jefe de Estado impulsó gastos onerosos en obras y compras que no cumplen su función o, peor, que no se usan.
    Entre estas construcciones se pueden mencionar al menos cuatro obras que saltan a la vista por su costo alto y su poco o nulo uso. Muestra de ello es el nuevo palacio de Gobierno (denominado como la “Casa del Pueblo”); un museo en el lugar de origen del Presidente, Orinoca (Oruro); el Parlamento Sudamericano, en la sede legislativa del bloque regional (San Benito, Cochabamba), y un aeropuerto internacional en Chimoré. Además, la oposición y analistas critican adquisiciones como los autos blindados de lujo, un avión, helicópteros y las terminales aéreas presidenciales, dejando de lado inversiones en salud.
    Sólo considerando las inversiones reportadas oficialmente en los Ministerios correspondientes, se podría afirmar que el Estado gastó en las mencionadas obras algo más de 1.000 millones de bolivianos.

    Museo de Orinoca
    En febrero de 2017, el mandatario Morales inauguró en su pueblo natal, Orinoca, un museo —cuyo objetivo fundamental es glorificar la historia de su vida— denominado Museo de la Revolución Democrática y Cultural, edificado por un monto de 7,1 millones de dólares, que expresado en bolivianos da una cifra de algo más de 48 millones.
    El moderno edificio construido sobre una superficie de 10.814 metros cuadrados exhibe una estatua de tamaño natural de Morales, retratos con líderes mundiales, títulos de doctor Honoris Causa de varias universidades, camisetas de fútbol de su colección, recuerdos de su niñez, además de la trompeta que tocaba de joven, regalos que recibió y otras curiosidades.
    En su oportunidad, la ministra de Cultura, Wilma Alanoca, señaló que se trataba del “museo más grande y moderno del país”.
    Según informes del Gobierno, cada año se destinará un millón de bolivianos al mantenimiento del muestrario.
    Sin embargo, una de las cosas que llaman la atención es el lugar en el que se construyó, una población que se encuentra a 185 kilómetros de Oruro y que alberga alrededor de entre 900 y 1.000 personas.
    Entre febrero de 2017 y enero de este año, habría tenido un flujo turístico de por lo menos 17 mil visitantes, con una recaudación de sólo 86.545 bolivianos. El recorrido por sus tres bloques —Puma, Llama y Quirquincho— para nacionales tiene un costo de 15 bolivianos y para extranjeros, 70 bolivianos, en tanto, estudiantes y personas de la tercera edad no pagan el importe.
    Ante la escasa rentabilidad, la ministra Alanoca, en un informe ante el Senado, argumentó que en ninguna parte del mundo los museos son autosostenibles, porque su objetivo no es lucrar, ya que su valor es “incalculable”.

    Parlamento Suramericano
    En 2013, el presidente Morales lanzó la licitación internacional para la construcción en San Benito, Cochabamba, del edificio del Parlamento Sudamericano (Unasur), un Centro de Convenciones y una ciudadela para visitantes. El costo aproximado de las obras suma 65 millones de dólares, que da algo más de 450 millones de bolivianos.
    En esa oportunidad, el Jefe de Estado boliviano recordó que fue el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva quien en una reunión en Cochabamba propuso que la sede de Unasur sea en este departamento, con el lema “Corazón de Bolivia, corazón de Sudamérica”.
    Expresó, en esa ocasión, que varios presidentes ofrecieron financiamiento para construir la sede, pero reveló que sería el Estado boliviano el que asumiría la totalidad del gasto, por lo moroso que podría ser el apoyo externo.
    Pero lo lamentable es que el mencionado edificio puede quedar en la nada y ser sólo un elefante blanco, toda vez que la crisis de la Unión de Naciones Sudamericanas pone en riesgo a la vigencia del organismo multilateral.
    Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y Paraguay se retiraron temporalmente de las reuniones mientras no se resuelva la elección del Secretario General, algunos temas administrativos y otros temas pendientes.
    Ante esto, representantes de sectores sociales anunciaron que la edificación podría ser utilizada para eventos de organizaciones sociales, además de otras actividades protocolares.
    Una publicación refiere que el alcalde de San Benito, Gonzalo Orellana, dijo que hay dos bloques principales en el edificio: uno es la sala de plenarias y otro el salón de convenciones, el cual podría ser usado para eventos de las organizaciones sociales.
    “Ese bloque se puede usar para talleres o cursos internacionales y también encuentros de organizaciones sociales”, dijo.
    Sin embargo, la sede de Unasur ya fue utilizada para al menos cuatro actividades protocolares que no están relacionadas con el organismo suramericano. El 11 de abril pasado se desarrolló una cumbre de seguridad ciudadana a nivel departamental, y el 25 y 26 de este se desarrolló la XII Cumbre de Presidentas de Parlamentos de la Unión Interparlamentaria.
    Antes, se usó la sede para una sesión de honor del municipio de San Benito por su aniversario y una actividad para niños organizada por los parlamentarios supranacionales. A parte de estas actividades, no se registraron más eventos nacionales ni internacionales.

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    La sede del Parlamento Suramericano en San Benito, Cochabamba.
    DANIEL JAMES
    GASTOS
    Evo compró avión y vehículos de lujo
    Además de la nueva Casa Grande del Pueblo, que está en la etapa final de su construcción, el presidente Evo Morales cuenta con la Residencia Presidencial en San Jorge, en La Paz, y el Palacete de la Florida, en Sucre.

    El dignatario también cuenta con un avión presidencial que tuvo un costo de alrededor de 40 millones de dólares, un monto en bolivianos de 277 millones, además de dos helicópteros para sus viajes al interior del país, cada uno con un costo aproximado de 5,5 millones de dólares. El Gobierno también adquirió en 2006 seis vehículos de lujo por 6 millones de bolivianos.

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    (1) La “Casa del Pueblo”, el nuevo palacio de Gobierno que se construye en La Paz.
    MARKA REGISTRADA
    OBRAS
    Gobierno construyó edificios millonarios
    Además del Palacio del Pueblo, el Gobierno construyó otros edificios para el uso de entidades gubernamentales. Es el caso del el edificio del Ministerio de Economía, que, según datos actuales, costó más de 100 millones de bolivianos. También se levantó un edificio para la Procuraduría por 32 millones de bolivianos, según medios de prensa.

    Sectores de oposición y colectivos ciudadanos cuestionaron este gasto cuando el Estado tiene necesidades más urgentes, como la inversión en salud y educación.

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    (2) El aeropuerto de Chimoré.
    DANIEL JAMES
    MILLONES
    El avión y terminales presidenciales fueron criticadas
    El avión presidencial costó alrededor de 38,7 millones de dólares; además, dos helicópteros que son usados para viajes del mandatario costaron unos $us 5,5 millones. También se construyó una terminal presidencial en el aeropuerto de El Alto, que costó más de Bs 10 millones.

    Estadios construidos en poblaciones alejadas
    Otra crítica a las inversiones son los estadios que se construyeron en municipios alejadas. Es el caso del estadio de Shinahota, con capacidad de 10.500 espectadores y que costó 15,6 millones de bolivianos, en una localidad donde sólo viven unas 7 mil personas. Otro caso es el estadio de Chimoré, que costó 20 millones de bolivianos y tiene capacidad para 15 mil espectadores en una población con 20 mil personas.

    Más canchas de fútbol y pocos hospitales
    Una de las políticas más criticadas del Gobierno de Evo Morales es la masiva construcción de canchas de fútbol en el país, alrededor de unas 2 mil canchas. Sin embargo, las inversiones en salud se dejan esperar.

     

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    El presidente Evo Morales.
    AFP

    Aeropuerto de Chimoré, con muy poco uso

    Aeropuerto de Chimoré nació con el objetivo de impulsar el desarrollo de la región con la exportación de productos y, sobre todo, fomentar el turismo. En el lugar de la edificación operaba una pista de aterrizaje con carpeta asfáltica de 1.458 metros de longitud y 26 de ancho —que era usada por la DEA— y que se amplió al menos a 4.000 metros de largo y 45 de ancho.
    Esta obra tuvo un costo de algo más de Bs 254 millones, es similar al Aeropuerto de El Alto y más grande que el Jorge Wilstermann de Cochabamba y Viru Viru de Santa Cruz.
    Esta megaobra, a la fecha, no cumple con los objetivos trazados toda vez que el costo de la exportación de producto es muy alta, por lo que los productores optan por transportar la producción en camiones refrigerados; además, el flujo turístico de aeronaves es bajo, ya que llegan tres vuelos a la semana y particularmente de la línea Boliviana de Aviación. La obra tuvo un motivo “geopolítico”, según el Gobierno.

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    El museo de Orinoca.
    AFP

    “Palacio del Pueblo” denota gasto en lujos

    Otra obra con un gran uso de recursos económicos es la construcción de la denominada Casa Grande del Pueblo, que según las autoridades costará de 252 millones de bolivianos ($us 36 millones )
    La infraestructura, cuestionada por varios sectores, contará con 29 niveles, de los que 23 estarán destinados a despachos, salas de reuniones, oficinas y auditorios, además contará con un parqueo presidencial, helipuerto, sauna, entre otros.
    En 2011, Morales ya había expresado su insatisfacción con el actual Palacio de Gobierno, debido a que la instalación quedó pequeña, además que el estilo arquitectónico neoclásico contaba con símbolos coloniales y que representaba sobre todo a la clase opresora.
    La ley impedía la reforma del Palacio Quemado, por lo que propuso la construcción de un nuevo edificio, pero esta vez “anticolonial”. En el marco de esta revolución, el Gobierno de Morales decidió incluir elementos arquitectónicos tradicionales en el nuevo palacio.

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