“Estamos frente a una democracia hipócrita”

Exdefensor Waldo Albarracín: “Estamos frente a una democracia hipócrita”

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Es uno de los críticos más visibles del Gobierno de Evo Morales por distintos casos de violación de derechos humanos. Albarracín estuvo ayer en Santa Cruz, donde participó de un foro sobre el Estado de la Democracia en Bolivia. Cuestionó el debilitamiento institucional y sugirió cambios en la forma de hacer política, a fin de recuperar la solidaridad y valores perdidos

Waldo Albarracín: “Estamos frente a una democracia hipócrita”

Asegura que el Gobierno utiliza al Órgano Judicial como instrumento de represión y también de impunidad, dependiendo de sus intereses.
imageSegún Albarracín, la Policía defiende al Gobierno y no al ciudadano.
EL DEBER – Santa Cruz
Es uno de los críticos más visibles del Gobierno de Evo Morales por distintos casos de violación de derechos humanos. Fue defensor del pueblo después de Ana María Romero. Es Waldo Albarracín, activista y defensor de los indígenas reprimidos en la octava marcha. Ayer visitó Santa Cruz.
¿Cómo afecta a la democracia el caso Chaparina, que no avanza en la justicia?
La justicia boliviana tiene tres grandes problemas: la burocracia, que la convierte en lenta y no garantiza justicia; la segunda es la corrupción, porque los jueces saben que no dependen de los sueldos sino que fortalecen sus economías al colocar precios a los fallos, y el tercer fenómeno y letal es la subordinación a la política. El gobernante sabe que puede utilizar al Órgano Judicial como instrumento de represión, pero también como instrumento de impunidad, y el caso de Chaparina es el más elocuente. La Fiscalía actúa como una especie de represor contra los indígenas. 
El MAS planteó un cambio en el sistema para que haya igualdad, pero usted menciona hechos que dicen lo contrario. ¿De qué estamos hablando?
Estamos hablando de que el Gobierno nos está sirviendo el pasado en copa nueva, porque en realidad no ha cambiado nada en este país. El Gobierno ha agudizado los males de la democracia. Es una vergüenza que en 31 años no hemos logrado la verdadera independencia de poderes, no se ha logrado transparentar la administración pública. En consecuencia, la concentración del poder que se produce en los presidentes daña a la democracia y al país porque crea una forma de indefensión de los ciudadanos.
¿Cómo se puede cambiar esa situación?
Depende de nosotros, los ciudadanos. Hay que forjar el surgimiento de nuevos valores, inventar una nueva forma de hacer política, que se eliminen el prebendalismo, los levantamanos y los caudillos que abusan del poder. Necesitamos la política vinculada a la solidaridad y a la construcción de los valores éticos que se han perdido en el país.
Hay denuncias sobre la desaparición de algunas pruebas en el caso Chaparina, ¿cómo se explica ese extravío?
Puede ocurrir la desaparición de pruebas, pero también hay casos en que el juez puede liberar de toda responsabilidad a los involucrados en el hecho. En Bolivia no tenemos un Ministerio Público ni un sistema judicial independiente, y el Gobierno encuentra el escenario perfecto para dominarlo. Si tuviéramos instituciones fuertes y con respaldo moral de sus funcionarios, no ocurriría lo que estamos viendo.
El vicepresidente ha dicho que la separación de poderes en la democracia liberal es una ilusión, ¿qué opina?
El vicepresidente dijo algo más, que no pueden garantizar el proceso de cambio si no ejercen un control absoluto sobre el Estado. Ellos actúan en base a esa lógica, por lo tanto muchas veces un juez no ejerce sus funciones como tal, sino que es un sometido a la instancia política. Ese juez decidirá sobre la libertad y el patrimonio de una persona, dependiendo de lo que instruya la instancia política. En el fondo, estamos frente a una democracia hipócrita, que tiene que extinguirse para ceder paso a una democracia auténtica.
En los últimos años se han producido casos de linchamientos, de ajustes de cuentas y de asaltos violentos que generan cierta intranquilidad social. ¿A qué se debe?
Necesitamos de un Estado fuerte, pero para defender al ciudadano, no para proteger al Gobierno. En todos estos años se ha moldeado una Policía que no defiende a los ciudadanos, sino que protege al Gobierno, que no acude al llamado de la gente para defenderla de los delincuentes, pero si el poder la requiere para una represión, con seguridad estarán cumpliendo esa orden. A eso me refiero cuando digo que los instrumentos del Estado deben funcionar para garantizar el bienestar de los ciudadanos y no del Gobierno. Necesitamos de militares con convicción democrática y no que estén pensando en cómo congraciarse con las autoridades políticas; precisamos de jueces que apliquen la ley y que no estén a disposición de los políticos para asegurar sus cargos.
El presidente se arrepintió de apoyar a Rolando Villena como defensor del pueblo, ¿qué significa esto para usted?
Hay un principio jurídico que dice: a confesión de partes, relevo de pruebas. Esto significa que el presidente está confesando que él decidió el nombre del defensor del pueblo y ahora está pasando la factura. 
Perfil
Waldo Albarracín Sánchez
PROFESIÓN: Abogado
CARGO: Activista DE DDHH
La vida del exdefensor
Es paceño. Se formó como abogado con especialidades en derecho penal, constitucionales y social. Se recibió en 1986 de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). Fue activista de derechos humanos desde sus inicios profesionales. Ejerció defensor del pueblo entre 2003 y 2008. Postuló en 2010 a la Defensoría y su candidatura obtuvo la mayor calificación de la comisión evaluadora, pero la Asamblea Legislativa lo descartó. Es columnista en algunos diarios.

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